Otro día pasa, sigo inmóvil, pensativo, un tanto distraído, se acerca el
final, el final de muchas ilusiones, y el comienzo de nuevas pesadillas
a las que tanto temo. Ya no puedo buscar más mis sueños con los ojos
cerrados, rogándole al azar que me regale solo un poco, pero lo único
que me concede es ver como se forman los cimientos de fracasos y
pesadumbres. Lo que más arde es caminar descalzo por el laberinto de los
anhelos y cuando se vuelve pedregoso solo logro tropezar más de una vez
con la misma piedra, lamentablemente el dolor es la esencia de
la vida...
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